TUTOR: Ángel Hernández Garzón
ALUMNADO PARTICIPANTE:
3ºA ___ Sergio Díaz Larriety
3ºA ___ Lucía Fernández García
3ºA ___ Luis Enrique González
Pérez
3ºA ___ Candela Huerga Martín
3ºA ___ Carla Méndez Vázquez
3ºA ___ Miriam Quintana Blanco
3ºB ___ Gonzalo Fernández
Fernández
3ºB ___ Laura García López
3ºB ___ Eva González Fernández
3ºB ___ Alberto González López
3ºB ___ Izan Iglesias Canel
3ºB ___ Alejandro Pérez Rico
3ºB ___ Manuel Pérez Suárez
3ºB ___ Valeria Rodríguez
Fernández
3ºB ___ Raquel Santiago Elola
3ºB ___ Lucía Soto Sullo
3ºB ___ Patricia Suárez Díaz
3ºB ___ Claudia Suárez García
3ºB ___ Brenda Raphaella Tavares
Costa
La idea nace de un grupo de
alumnos de 3º ESO, en concreto de 3ºA y 3ºB. La propuesta inicial, un triciclo con
motor de gasolina era difícil de llevar a cabo, nos llevaría mucho esfuerzo,
ruido y humo. Pero fue la semilla de la que salió la idea definitiva,
electrificar una bicicleta: un cargador de baterías que aprovechase la energía
de las ruedas en movimiento. Pero, ya que tenemos electricidad, le ponemos
también luz de freno, intermitencias y conexión USB para cargar el móvil.
Tardamos en empezar, lo dejamos para
cuando llegó el tema de electricidad. Todo un reto, pero manos a la obra, tenía
que ser barato, rápido de construir y no demasiado difícil. Pensamos dónde
poner los interruptores de la intermitencia, cómo hacer que al frenar se
enciendan las luces, calculamos para que no se “fundiera” ningún componente,
nos organizamos y nos repartimos el trabajo.
Aprendimos a dibujar y fabricar
nuestros circuitos impresos: placas electrónicas, rotuladores permanentes,
líquidos corrosivos y el minitaladro. Soldamos con estaño y el soldador los
componentes electrónicos: Led’s, chips, resistencias y condensadores, diodos, transistores,
pulsadores, y cables, claro.
Todo iba bien, con algunos
problemillas, todos los superamos. El generador eléctrico, un conjunto de
imanes repartidos en los radios de la rueda de atrás girarían con ella, e
inducirían electricidad en las bobinas, que sujetamos fuertemente en los
hierros de la bicicleta. Cuando lo probamos no generaba suficiente electricidad,
los imanes reciclados de ordenadores viejos no eran suficientemente potentes.
Llevamos las baterías cargadas previamente y que nuestro generador, aunque
fuese poco, que haga lo que pueda.
Rafa, otro profe de tecnología,
nos preparó un soporte para que la bicicleta no se caiga. Finalmente lo
instalamos todo en la bicicleta con taladros, pernos, tuercas y llaves,
pistolas y pegamento termofusible, nos faltaba poco tiempo, había que apurarse.
Todo funcionó desde la primera prueba, ni un solo fallo durante los tres días
de feria.
¡Trabajo conseguido!